Good Weather, meteorología emocional

 (Castellano,Euskera)

 

 

Good Weather, meteorología emocional
Francisco Javier San Martín
 

 

“Las cosas más suaves,
en este mundo,
vencen a las más duras”
Lao Tsé, Tao Te Ching, siglo IV a de C.
 

Zuhar Iruretagoiena ha abordado en estas exposiciones sucesivas en el Horno de la Ciudadela de Pamplona y de Zumaia Sala Oxford/ Alondegian, un ambicioso proyecto que explora las funcionalidades del cuerpo desde el punto de vista físico, político y científico, algo así como una “teoría unificada” del cuerpo, siguiendo algunas huellas, pistas y sugerencias que ha obtenido en la obra de Wilhelm Reich (1897-1957).

Físico y político: los dos primeros aspectos han formado la línea mayoritaria en el arte desde los años setenta del siglo pasado, tanto en su aspecto de exploración particular como, sobre todo, a través de la relación de ambos términos  —Your body is a Battleground, en la sintética y certera proposición de Barbara Kruger—  mientras que lo científico, exceptuando trabajos específicos, tan a menudo encerrados en su propia espiral disciplinar,  ha quedado en buen a medida apeado de estas “políticas del cuerpo”, debido a las sospechas que desde el arte genera la prepotencia del campo tecnocientífico, que ha conseguido monopolizar cualquier idea de progreso. Pero Wilhelm Reich fue científico tanto como artista o utopista. Si Leonardo da Vinci es un artista único, se debe no tanto a sus habilidades pictóricas, a sus ensayos sobre la desmesura escultórica, a sus escritos o experimentaciones científicas, sino precisamente a la articulación de todo ello en una mente abierta a una curiosidad  —léase creatividad—  insaciable, capaz de quebrar los específicos campos disciplinares. En una línea semejante, Reich no fue un psicólogo genial, sino más que un psicólogo. Desbordando sus hallazgos en el campo profesional, Reich encarna, el impulso de la creatividad transfronteriza, la figura exacta del científico expandido o, en su imagen especular, del artista inconsciente que Beuys, siguiendo a precisamente a Rudolf Steiner, proponía como modelo general de creatividad. “Mi único objetivo es mostrar, de una manera positiva, las posibilidades monstruosamente inexploradas que se hallan en nosotros, que usamos lamentablemente poco y que deberíamos utilizar más”. La frase no es de  Reich, sino de Joseph Beuys. Reich es un científico atípico; discípulo de Freud, rápidamente orientó su trabajo fuera de la liturgia terapéutica para abordar otros campos de interés, especialmente marxismo, psicología social, biología, filosofía o meteorología. Mientras Freud replegaba sus velas en el  estricto terreno de la mente humana, Reich se abrió al campo social y, especialmente, a la investigación heterodoxa.

Estas notas se justifican, quizás, en el hecho de que parte del valor y la oportunidad de este último proyecto de Zuhar se deba a la elección de su motivo, Wilhelm Reich, alguien con escasa implicación en las artes plásticas, se ha convertido para ella en un depósito de ideas e imágenes, producidas por un personaje casi absolutamente equidistante entre ciencia e inocencia, rigor y utopía. Pero, evidentemente, la artista no se ha limitado a investigar sobre la figura y la obra de Reich, sino que tomando el modelo de indagación del científico de origen austrohúngaro, ha empleado el arte para abordar temas y sensaciones que sin el arte no hubieran excitado su curiosidad. Lo que a primera vista pudiera parecer un proyecto humilde  —trasladar a imágenes algunas ideas de Reich—  se convierte al contrario en una empresa ambiciosa. Y en este proyecto concreto, sobre el cuerpo y el espacio, sobre materia y energía, sobre la dolencia y la curación, diría que Zuhar está maquinando una dimensión nueva en su arte. Más que en cualquiera de sus trabajos anteriores, el arte se ha convertido ahora para ella en una forma de exploración de cuestiones aparentemente ajenas al arte. Dicho esto, lo que interesa ahora resaltar es que de estos terrenos aparentemente ajenos, Zuhar ha sabido extraer una serie de esculturas, una instalación escultórica, una colección de fotografías y una película documental. El conjunto ha adoptado el título de Buen tiempo, buen tiempo en la vida, aparentemente poético, pero en el que el visitante de las exposiciones sabrá descubrir un significado muy concreto. Avancemos sólo que Zuhar ha explotado la duplicidad en castellano de la palabra tiempo, como sucesión cronológico y como estado del clima, que la lengua inglesa diferencia en Time y Weather.

Cuerpo cósmico

En esta destilación de experiencias, la teoría de la energía orgónica da lugar a la creación de una serie de esculturas formadas sobre moldes de algunos segmentos corporales que Reich consideraba estratégicos en la producción de orgonita: ojo, boca, cuello, vientre, pie…, concretamente cuatro piezas obtenidas de diferentes posiciones de la cavidad bucal y otras tantas de todo el arco espinal, desde la nuca al tobillo, en otra sucesión de posturas y flexiones diferentes. Las matrices se han obtenido sobre el cuerpo de modelos que han adoptado alguna de las posturas de los ejercicios terapéuticos de Reich. Son esculturas en escala humana, no sólo por su tamaño, sino por su relación interior/exterior: formadas por una piel de poliéster, muestran también en su interior un universo de células en forma de viruta de hierro, cobre y cuarzo, alejándose de esta forma del tópico de la escultura como continuidad de superficies: son escultura epidérmicas, pues se han moldeado al calor de la piel, pero también esculturas del interior. Contenedor corporal y energía magnética en su interior: de la intimidad de un cuerpo básico a su dimensión de energía cósmica. En un entorno de imágenes empobrecidas y pasajeras, estas ocho piezas concentran la densidad de un cuerpo y, en cierta medida se convierten en poderosas estatuas capaces de conjurar el caos informe al que el poder quiere someterlo. Algo semejante al empeño de Nietzsche cuando en Humano, demasiado humano escribió que “La gran ambición es precisamente forzar su caos a convertirse en forma”.

Magnetismo y transparencia

Si es cierto que estas esculturas, a través de su caricia a la piel y su microcosmos celular a la vista, condensan una idea de lo corporal, en la siguiente pieza de la muestra asistimos a otra versión de la misma idea: cristales de cuarzo y amatista, máxima densificación del material, frente a nubes, máximo enrarecimiento de la materia que aún conserva su forma visible. La estable y pura concentración del mineral frente a la efímera y diluida de la nube como extremos del arco cósmico de la materia. Junto a fotografías de la Fundación Reich en Rangaley, Maine, forman un conjunto cuidadosamente ambiguo entre forma artística y documentación. Tres dispositivos para exponer una colección de imágenes de paisajes, nubes y piedras entre subjetividad y archivo. Esta doble lectura se amplifica aún en la propia ambigüedad de los artefactos de exposición. A medio camino entre estructuras escultóricas y simples expositores, estos contenedores de imágenes consiguen hacerse uno con lo que muestran. Al exhibir fotografías por las dos caras, activan el espacio físico del espectador; al sujetar los cristales a la estructura metálica con imanes  —materia y energía—  activan su espacio simbólico.

El tema de las imágenes se centra en uno de los aspectos más apasionantes de la teoría de Reich. Después de toda una vida estudiando el cerebro humano  —“el espacio infinito del cráneo humano” en palabras de Malévich—  Reich se orientó con el mismo fervor a estudiar el cielo, el espacio abierto, aunque no en su aspecto metafísico de infinito o de vacío, sino aquello más corporal, más biológico, que se le ofrecía a la vista: las nubes. Había llegado al convencimiento radical de que la investigación sobre las raíces del conocimiento, la indagación de lo desconocido, es la premisa sin la cual ni lo conocido existiría. En este sentido, bombardear nubes, como él hizo es una forma de paisajismo extremo, un punto exacto de contacto entre ciencia y belleza. Pues bombardear nubes, más allá de su efecto en la lluvia, es interpelar a la lejanía, a aquello que tantos poetas  —malos poetas—  les gustaba referirse como “lo inalcanzable” y que una aproximación tan heterodoxa y fértil como la de Reich, consiguió rescatar de la metáfora y reconducirlo al terreno de las hipótesis y de las utopías de cada día.

Acumulador mise à nu

La siguiente obra es un despiece, una especie de desguace controlado: la seis caras de un prisma rectangular que reproducen en forma y composición el acumulador de orgonita de Reich. Las partes se disponen desordenadas entre el suelo y la pared de la sala como efecto de unidad desmembrada y de forma disgregada. Un espacio  —una escultura—  que se desmonta, para evitar quizá cualquier tentación mágica y mostrar desnuda la maquinaria de esta batería de energía sexual. Pierde así, con esta disgregación, su efectividad como batería, pero gana en transparencia simbólica. En definitiva, al modo de la pieza anterior, estamos ante una escultura funcionando como expositor, una máquina mostrando sus “tripas”.

            Cada cara está formada por ocho capas regresivas de diferentes materiales, de manera que la posterior deja ver parte de la anterior, formando en conjunto una especie de passe-partout de sí mismo, en lo que se muestra es su propia estructura y composición. Y, como en el caso de la esculturas corporales, están formadas por un material denso, sucesivamente aluminio, cobre, acero y latón, y otro disgregado, que permite ver su estructura celular, en este caso, cuatro formas diferentes de aglomerado de madera. Conductores y aislantes alternados, constituyen un circuito con interruptores en el que la forma no tiene la última palabra.

Describiendo las tres piezas anteriores, en varias ocasiones hemos hecho referencias cruzadas de una a otra, mostrando algunos hilos que las unen en torno a un proyecto común y una forma de trabajo específica que la artista ha puesto en marcha en el proyecto. Precisamente aquí se trata de la idea de exposición como unidad de estrategia en torno a piezas diferentes. Y todo ello se completa, se redondea podríamos decir, con un tríptico documental proyectado simultáneamente, de manera que en lugar de un hilo narrativo sostenido en el tiempo, se ofrecen al espectador fragmentos de un discurso interrumpido con los que podrá bucear en el trabajo de Zuhar y en sus referencias a Reich. Estos fragmentos muestran escenas de una visita de la artista a la Fundación Reich en Maine, EE.UU., vistas de la Clínica de medicina orgónica de Borrassà, Girona y entrevistas a algunos de sus responsables y, por último, imágenes de las modelos y la captura de los moldes para construir las esculturas orgónicas.

Good Weather: meteorologia emozionala
Francisco Javier San Martín

 

“Mundu honetan, gauzetan leunenak nagusitzen zaizkie gogorrenei.”
Laozi, Tao Te Ching, K. a. IV. mendea

 

 

Zuhar Iruretagoienak asmo handiko proiektu bati ekin dio elkarren jarraian Iruñeko Ziudadelako Labean eta Zumaian –Oxford aretoan– eratutako bi erakusketa hauetan, non gorputzaren funtzionaltasunak aztertzen baitira gorputzaren, politikaren eta zientziaren ikuspegian oinarrituta: gorputzaren “teoria bateratu” moduko bat edo halako zerbait, Wilhelm Reichen (1897-1957) idazlanetatik hartu dituen arrasto, aztarna eta iradokizunei jarraiki.

Gorputza eta politika: Bi kontu horiek nagusi izan dira artean iragan mendeko hirurogeita hamarreko hamarkadatik hona, hala zein bere kabuz azterturik nola, batik bat, bi kontzeptuak lotuta —Barbara Krugerren Your body is a Battleground proposamen trinko eta zorrotzean nola—. Ikuspegi zientifikoa, aldiz, gorputzaren politika horietatik aparte gelditu da, salbu lan bakan batzuk, zeinak beren diziplinetan kiribildurik egon ohi baitira maiz; izan ere, arlo tekno-zientifikoak, aurrerapenaren kontzeptua monopolizatzea lortu duenak, susmoak sortu ohi ditu artearen esparruan bere nagusikeria medio.  Haatik, Wilhelm Reich zientzialaria izan zen, hala artista nola utopista beste. Leonardo da Vinci artista berdingabea da, ez horrenbeste bere margolari-trebetasunak, neurrigabetasun eskultorikoari buruzko saiakerak, idazkiak edo esperimentazio zientifikoak medio, baizik eta, hain zuzen, horiek guztiak giltzatu zituelako, jakin-min —bestela esanda, sormen— aseezinari irekitako adimenaz berariazko diziplinen arteko mugak hautsita. Antzeko eran jokaturik, Reich ez zen izan jeinuzko psikologo bat, baizik psikologo bat baino gehiago. Bere arlo profesionaleko aurkikuntzetan gainezka eginda, Reich mugen gainetiko sormenaren bultzadaren isla da, zientzialari hedatuaren irudia, edo, bere ispiluko irudian, artista inkontzientearena —Beuysek, hain zuzen Rudolf Steinerri jarraituz, sormenaren eredu orokor gisara proposatzen zuena—. “Nire helburu bakarra da erakustea, modu positibo batean, gure baitan aztertu gabe ditugun aukera itzelak, zoritxarrez gutxi erabiltzen ditugun eta gehiago baliatu beharko genituzkeenak”. Esaldi hori ez da Reichena, baizik Joseph Beuysena. Reich zientzialari ezohikoa izan zen. Freuden dizipulua zelarik, laster bideratu zuen bere lana liturgia terapeutikotik at, eta bere intereseko beste arlo batzuetara jo zuen, hala nola marxismora, gizarte-psikologiara, biologiara, filosofiara eta meteorologiara. Noiz eta Freud giza-adimenaren esparru hertsian ikertzera mugatu zenean, Reichek ateak ireki zizkion gizartearen arloan ikertzeari, eta, batez ere, ikerkuntza heterodoxoari.

Ohar hauetarako zuribide izan daiteke, agian, Zuharren azken proiektu honen balioa eta egokitasuna neurri handi batean haren zioaren hautuari zor zaizkiola: nor eta Wilhelm Reich, arte plastikoekin konpromiso gutxi erakutsitako norbait, Zuharrentzat zientziaren eta xalotasunaren artean –zorroztasunaren eta utopiaren artean–distantziakidetasuna erabat gorde zuen pertsonaiak ekoiztutako ideia eta irudien biltegi bilakatua. Agerian da, ordea, artistak Reichen irudia eta obra ikertzea baino gehiago egin duela, eta, zientzialari austrohungariarraren ikerketa-ereduari helduta, artea baliatu duela zenbait gai eta sentipen aztertzeko, arteari lotu gabe jakin-mina inoiz piztuko ez zioten gaiak eta sentipenak alegia. Lehen begi-kolpean proiektu xumea lirudikeena —iruditara eramatea Reichen zenbait ideia— asmo handiko eginkizuna bilakatzen da berriz. Eta esanen nuke proiektu zehatz honekin —gorputza eta espazioa, materia eta energia, gaitza eta sendakuntza gai hartuta— Zuhar dimentsio berria bilbatzen ari dela bere artean. Aurreko lanetan orotan baino gehiago, artea, orain, bihurtu zaio itxuraz arteaz bestekoak diruditen aferak ikertzeko modu bat. Esanak esan, orain interesatzen zaigu azpimarratzea itxuraz arteaz bestekoak diruditen lur horietatik, Zuharrek asmatu duela erauzten eskultura sorta bat, eskultura-instalazio bat, argazki-bilduma bat eta film dokumental bat. Multzoak Eguraldi ona bizitzan izenburua hartu du, itxuraz poetikoa dirudien izenburu bat non erakusketen bisitariek jakin izanen baitute aurkitzen esanahi zehatzago bat. Bakarrik aurreratuko dugu Zuharrek profitatu duela gaztelaniaz tiempo hitzak duen bikoiztasuna —ingelesez Time eta Weather  hitzak erabiliz bereizten diren jarraitasun kronologikoa eta eguraldia izendatzekoa alegia—.

Gorputz kosmikoa

Esperientzien destilatze horretan, energia orgonikoaren teoriak bide ematen dio zenbait eskultura egiteko gorputz-atal jakin batzuen moldeak baliatuta, zein eta Reichek orgonita ekoizteko estrategikotzat jotzen zituen atalak: begia, ahoa, lepoa, sabela, oina… Zehazki lau pieza aho-zuloaren posizio ezberdinen arabera moldatuak dira, eta beste hainbeste, bizkarrezur-arkutik ateratakoak —garondotik orkatilara—, hainbat posiziotan eta zenbait flexio eginez. Matrizeak zenbait modeloren gorputzen gainean egin dira, modeloek Reichen ariketa terapeutikoetako jarrerak hartuta. Eskulturak giza eskalan daude eginak, ez bakarrik tamainagatik, baita barnealdea/kanpoaldea harremanagatik ere: poliesterrezko azalaren azpian, ikus daitezke anitz zelula, burdin-, kobre- eta kuartzo- txirbilen erakoak. Horrela, eskultura gainazalen jarraitasun bat dela dioen topikotik aldentzen da: eskultura epidermikoak dira, azalaren beroan moldatu baitira, eta badira, ere, barnealdeko eskulturak. Gorputz-edukiontzia, eta barnean, energia magnetikoa: oinarrizko gorputzaren intimitatetik energia kosmikoaren dimentsiora. Irudi pobretu eta iragankorren ingurune batean, zortzi piezok gorputz baten dentsitatea biltzen dute, eta, hein batean, estatua indartsuak bilakatzen dira, botereak hari inposatu nahi dion anabasa itxuragabea aienatzeko gauza. Nietzschek Gizatiar, gizatiarregia  liburuan hartu zuen xede haren antzeko zerbait, han honela idatzi baitzuen: “Asmo handiena da, hain zuzen, bere kaosa behartzea forma bihurtzera”.

Magnetismoa eta gardentasuna

Eskultura horiek —azalaren fereka medio eta zelula-mikrokosmosa agerian dutela— ideia bat biltzen dute gorputz-izaerari buruz, eta ondorengo pieza ideia beraren beste bertsio bat daukagu: kuartzo- eta amatista-kristalak —materiala arras trinkotua— eta horien parean, hodeiak —oraindik ikusgarri dirauen materia arras arrarifikatua. Mineralaren trinkotasun egonkor eta purua hodiaren izaera iragankor eta diluituaren parean, biak ere muturrak materiaren arku kosmikoan. Reich Fundazioaren Rangaley-ko (Maine) argazkiekin batera, multzo artatsuki anbiguoa osatzen du, forma artistikoaren eta dokumentazioaren artean kulunkan. Hiru dispositibo, ikusgai jartzeko paisaia-, hodei- eta harri-irudien sorta, subjektibotasunaren eta artxibatzearen arteko balantzan. Irakurketa bikoitza are handiago bihurtzen du erakusketako tramankuluen beraien anbiguotasunak. Erdibidean egitura eskultorikoen eta erakustoki hutsen artean, irudi-edukiontzi horiek bat egitera iristen dira erakusten dutenarekin. Bi aldeetatik argazkiak erakutsita, ikusleen espazio fisikoa bizkortzen dute; kristalak metalezko egiturari lotzeko imanak —materia eta energia— baliatuta, haien espazio sinbolikoa bizkortzen dute.

            Irudien gaiak Reichen teoriaren alderdi liluragarrienetako bat dauka ardatz gisara. Bizitza guztia giza garuna —“giza garezurraren espazio infinitua”, Malévichen hitzetan— aztertzen eman eta gero, Reich beti bezain suharki bideratu zen zerua, espazio irekia, aztertzera, baina ez haren alderdi metafisikoa —infinitua edo hutsa kasu— baizik eta haren alde korporalagoa, biologikoagoa, begien bistara zeukana: hodeiak. Arras sinetsita zegoen ezagutzaren erroei buruzko ikerkuntza, ezezagunaren ikerketa, ezinbesteko premisa dela, halakoa non hori gabe ezagutzen duguna ere ez bailitzateke existituko. Ildo horretatik, hodeiak bonbardatzea —hark egin zuen bezala— muturreko paisajismo mota bat da, loturagune zehatz bat, zientziaren eta edertasunaren artean. Izan ere, hodeiak bonbardatzea —eurian duen eraginaz harago— urrunekoari galdatzea da, zeri eta poeta askok —poeta txarrek— atzemanezin izendatzea laket zutenari, Reichen hurbilpen heterodoxo eta emankorrak metaforen esparrutik erreskatatu eta eguneroko utopien eta hipotesien arlora bideratzea lortu zuenari alegia.

Metagailua agerian

Hurrengo obra pieza-desmuntatze bat da, desegite kontrolatu moduko bat: prisma angeluzuzen baten sei aldeek Reichen orgonita-metagailua kopiatzen dute forman eta konposizioan. Zatiak ordenatu gabe daude aretoko zoruan eta horman, batasun zatitu baten eran, barreiatuta. Espazio bat —eskultura bat— zeina desmuntatu egin baita agian tentazio magiko oro saihestu eta energia sexualeko bateria horren makineria biluzik erakusteko. Eta horrela, sakabanaturik, bere eraginkortasuna galtzen du bateria gisara, baina gardentasun sinbolikoa irabazten du. Finean, aurreko piezan bezala, erakustoki gisara funtzionatzen duen eskultura dugu hau ere, bere barrenak erakusten dituen makina bat.

            Aurpegi bakoitza hainbat materialetako zortzi xafla erregresibok osatzen dute, halako eran non ondorengoak aurrekoaren parte bat uzten baitu ikusten, denen baturak multzoaren beraren passe-partout moduko bat osatzen duelarik non erakusten dena multzoaren egitura eta osakera baita. Eta, eskultura korporalen kasuan bezala, aurpegiak material trinko batez —hurrenez hurren aluminioz, kobrez, altzairuz eta latorriz– eta beste material disgregatu batez daude eginak, eta horiek haien zelula-egitura ikusten uzten dute, kasu honetan, zur-aglomeratuzko lau forma ezberdin. Hainbat eroalek eta isolagailuk, txandakaturik, etengailuez hornitutako zirkuitu bat osatzen dute, non formak ez baitu azken hitza.

Hiru piezak banan-banan deskribatzean, zenbaitetan zeharka aipatu ditugu beste piezak, eta horiek elkarrekin lotzen dituzten zenbait hari erakutsi ditugu, proiektu komun baten eta artistak proiektuan abiarazitako lan egiteko modu bereziaren inguruan piezak lotzen dituzten hariak alegia. Hain zuzen, hemen, pieza diferenteak batzeko estrategia gisa ikusten ari gara erakusketa. Eta hori guztia osatzeko, dena biribiltzeko, triptiko dokumental bat daukagu, batera proiektatzen dena, halako eran non, denborari eusten dion hari narratibo baten ordez, moztutako diskurtso baten zatiak eskaintzen baitzaizkie ikusleei, murgil daitezen hala Zuharren lanetan zein Reichi buruz artistak egiten dituen erreferentzietan. Zati horiek erakusten dituzte artistak Mainen (AEB) Reich Fundazioak duen egoitzara egindako bisitaren zenbait eszena, Borrassàko (Girona) Medikuntza orgonikoaren erietxearen irudiak eta bertako arduradunetako batzuei egindako elkarrizketak eta, azkenik, modeloen irudiak eta eskultura orgonikoak egiteko erabilitako moldeen atzipena.

 

 

 

 

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